lunes, 23 de diciembre de 2013

Relato de Vivencia - Poema: MARIPOSAS EN LAS TRIPAS - Tomas de Esteban Urbina


Compartimos un hermosisímo Poema de nuestro querido Tomas Esteban de Urbina, participante de nuestro grupo regular, que describe su Vivencia del Ritual de Prosperidad que se celebró ayer con Augusto Madalena en Arnedo.


MARIPOSAS EN LAS TRIPAS

Ayer dancé con un ángel,
Sendero de las delicias,
Mariposas en las tripas
Abrazos, besos y caricias.
Ayer quemé con fuego,
Aquello que quiero que muera,
Reducido queda a cenizas.
Ayer bañé a mi hombre nuevo,
Con agua clara y limpia,
Manos por mi cuerpo descienden enérgicas
Empapando mi alma desnuda.
Ayer dancé ante el fuego,
Para volver a la vida,
Para amar y ser amado
Sin miedos ni mentiras.
Ayer sentí las llamas en tu mirada encendida
Me mirabas con deseo
De ser correspondida.
Ayer ataste a mi mano,
Cordel rojo bañado en el Jordán,
Recuerdo de aquellos que compartisteis
Conmigo alegría y felicidad
Procurasteis mi salud y bienestar.
Ayer nos entregamos
Abundancia y prosperidad
Con monedas en las manos,
Intercambios cuidadosos,
Miradas a la par.
Dos monedas me llevo
Son las que ya tenía y no supe cuidar,
Ahora sé que soy rico,
Afortunado a rabiar.
Ayer un ángel se posó a mi lado,
Se apoyó en mi hombro,
No me atreví a mirarlo.
Sentía su presencia, su cercanía
Su luz en la niebla.
Manos sabias y amorosas me conectan a la tierra.
Ayer hablé con un ángel,
Me deseó un buen año,
Quise agradecerle el habernos encontrado.
Sólo me atreví a preguntarle,
De dónde eres...
Soy de éste lugar, dónde tú has danzado...
Ayer besé a un ángel,
Luego abrió sus alas y se fue volando.
Me quedé quieto,
Con mariposas en las tripas,
Revoloteando.
No tenía hambre
El ángel me había saciado.
Seca tengo la boca,
Bebo agua, piña y mango.
Apenas hablo...
Mariposas en las tripas,
Revoloteando...
Vuelvo a casa
Con mis tres hermanas,
Dejando atrás
Delicias del Sendero
Mariposas en las tripas
Alas del ángel amado
Baten en mi interior
Avivando mi fuego...

martes, 17 de diciembre de 2013

Del Descanso del Oso.... ¡apunto de Despertar!




Parar, concentrarse, autoregular, procurarse auto-cuidado y saber escucharse a si mismo...lo que podría llamarse también un alto en el camino, un resguardarse a la sombra, un refugiarse, un saber detenerse para observar, integrar, digerir, asimilar, descubrir, un dormir para un más expandido despertar.... como los osos cuando invernan...como el gusano cuando en su capullo parece no existir, pero esta obrándose el milagro de una gran transformación.

 ¿Por que no puedes parar? ¿Por que te dejas atrapar por la ansiedad de la prisa, del correr por correr? ¿No será que no quieres observar donde verdaderamente estas? Partir de donde no estas, para llegar a donde no podrás llegar, no parece tener mucho sentido. Luego entonces hay que saber parar. Hay que atreverse a observar. Hay que ser tan sincero con uno mismo y tan honesto como se lo exiges a los demás. Darse cuenta, no es juzgarse. Darse cuenta, no es compararse. Darse cuenta es aceptar, comprender, acogerse, acompañarse con comprensión, con capacidad de auto-aceptación, y despertando para con uno el elevado arte de la compasión. Desde ese arte del parar, habiéndose hecho un ser más comprensivo, acogedor, empático pero también asertivo, y habiendo desarrollado primero para con uno la justa y necesaria compasión, nuestro caminar será otro muy distinto. Despertará en tí un magnetismo transformador, donde ya no correrás solo hacia ninguna parte, caminarás tomando de las manos a otros, disfrutando simplemente del viaje, sintiendo que la mirada del otro, es la linterna que pone luz hacia Itaca, que es mejor caminar acompañado, que correr desorientado hacia ninguna parte.

Todo..absolutamente todo tiene su tiempo. Aceptar el ritmo del cotidiano y pulsar orgánicamente con ese ritmo es el modo más adecuado para evaluar nuestra integración. Sí vemos que nuestro discurso es uno, y nuestros actos y en ocasiones ciertos pensamientos son otros , en nada biocentricos, sabremos que queda camino por andar.

Esto nos tiene que llevar a enfocarnos a saber valorar cada oportunidad que se nos presenta, en lugar de desdeñar con apatía y fastidio cada reto que nuestro guía en el camino nos plantea...el adulto lo es, en tanto en cuanto sabe reconocer en el otro, un guía más de vida, un instructor en el mutuo camino del aprendizaje existencial.

El buscador sincero, no se aflije por la sabiduría ajena, se alegra por tener cerca a otros que se limitan a devolver a los demás lo que un día lees fue entregado.

Todo lo que damos nos fue entregado, todo lo que recibimos tendrá que llegar a servir a otros algún día.