jueves, 3 de diciembre de 2015

REGRESO A LA TIERRA INFINITA: EN ENERO ESTRENAMOS ESTA ODISEA DANZADA

 BIODANZA ORAIN PRESENTA UN NUEVO CICLO DE TALLERES DE BIODANZA PARA 2016

 

PARA ALZAR EL VUELO PRIMERO HAY QUE SABER ATERRIZAR


Lo primero que enseña el Ave sabia a su polluelo, no es a saber volar. Eso es lo que a primera vista parece que trata de enseñar el ave subido sobre el nido, a su recien nacido polluelo. Pero en realidad, lo primero que le enseña es a aterrizar. Cuando se es un polluelo, el impulso por vivir, las ganas de abarcar horizontes, te llevan a lanzarte al abismo sin pensarlo. Es la vida tratando de expandirse. Es lo natural. Como también es natural aprender de la experiencia. Al ave que empuja al polluelo y lo lanza del nido le guía el instinto. Al ave que no puede volar, por que sus alas estan sin formar, cuando ha dominado el aterrizaje, es también el instinto junto a la experiencia vivencial lo que le ha enseñado que para lanzarse a volar hay que aprender primero a saber como caer y como volver a recuperar las fuerzas para alcanzar nuevos horizontes.

Lo primero no es volar, lo primero es aprender a aterrizar.

A los buscadores, a las mujeres y hombres que tratan de alzar el vuelo hacia nuevos horizontes, les impulsa el mismo instinto vital. Pero un instinto sin conciencia ampliada, no permite ver que lo primero es dominar el medio desde el que uno parte para volar. El impetu, la ansiedad, la prisa espiritual, provoca que muchos buscadores se lancen al vacio, sin haber desarrollado sus alas, y sin respetar los procesos y ciclos naturales que lo convertirán en el ave fenix que alzará su vuelo una y otra vez dejando atrás lass cenizasde las etapas transitadas y aprendiendo cada vez a saber aterrizar, a tomar con más conciencia y acierto sus decisiones vitales, en sus procesos existenciales.



La riqueza y complejidad vivencial que aporta Biodanza, permite a través del encuentro con uno mismo, con el otro con el movimiento, la danza y la música; integrar procesos existenciales que nos llevarán a contar con las herramientas necesarias para alzar el vuelo, habiendo aprendido antes, lo importante que es cuidar de nuestro proceso:

Este taller de Biodanza te propone encender tu Fuego interno, para tomar el Coraje de regresar a la tierra, volver a tomar contacto con tus raices, construir un nuevo amanecer; abrirte al renacer desde vivenciarte como semilla paciente, regada con el poder del ahora, desde aquí y en contacto con tu realidad; y brotar alimentado por una sabia nueva: la sabiduría que proviene del contacto con tu realidad más inmediata para abrir las puertas a un verdadero renacer.


Cuando estas en contacto de modo honesto y cotidiano, con tu realidad, con tu verdadero SER e Identidad, solo queda ya alzar el vuelo. No hay mentiras ni autoengaños apresantes que te dificulten el vuelo. Tan solo queda transformarse en ese ave ligera, que aprende a ocupar el espacio, a transformar el vacio existencial, en un horizonte infinito cargado de abundancia  para Vivir con plenas posibilidades de expresar tu Ser Pleno.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Dejar Posos: Rescatar la profundidad



Prisa, infotoxicación, hipercomunicación, competitividad, valores productivos y financieros en lugar de valores humanos y éticos: El coctel perfecto para promover e instaurar la confusión, la ignorancia, la manipulación, la percepción miope, la mirada sesgada, el simplismo en lugar de la simplicidad - valor urgente, destruido por el mundo saturante - y la futilidad de todo, que nos deja sin poso, y lo que es peor desentrenados e incapaces para saber reposar las cosas y las experiencias.

Reposar las experiencias permite que - al igual que los posos de un buen vino - estas puedan ir al fondo, podamos profundizar. La alegoría tiene su aquel. Dense cuenta queridos amigos, que el poso no gusta, que el poso molesta en la boca, que el poso al no ser suave, sedoso, fácil la industria lo desposa de nuestro paladar. Saborear el poso que dejan las experiencias, sean estas poco sedosas, o poco fáciles, nos lleva precisamente a encontrarnos con su esencia. Por que por debajo de los primeros sabores, amargos, agrios, terrosos, potentes, pueden aparecer aromas desconocidos que nos desvelen lo más esencial, el alma de ese vino, su verdadera identidad.  Aquello que no deja poso, esta desnaturalizado, carente de identidad. Aquello que tiene poso, si dejamos que repose en nosotros, y somos capaces de acompañar su proceso, cuando repose en el fondo, cuando profundicemos, nos puede llegar a desvelar la esencia de la vida.